Introducción

Los procesos que involucran humanos, sean sociales, psicológicos, políticos, educativos, se caracterizan por su complejidad; es imposible predecir un resultado a partir del conocimiento de condiciones iniciales. Resultados electorales, reacciones de una persona en una situación dada, derroteros que sigue una protesta colectiva, a menudo discurren de modos que llamamos “impensados”, haber conocido ciertos aspectos de estos procesos con antelación no nos habría permitido anticipar su devenir de manera exacta. Esto nos aleja de la ilusión determinística, o al menos de nuestra posibilidad de conocer una eventual determinación. Pero este rechazo al determinismo, no implica indeterminación. No es cierto que estemos en estado de ignorancia completa frente a la anticipación de procesos humanos, por el contrario, lo que tenemos es conocimiento parcial sobre algunos elementos que facilitan o hacen menos factibles ciertas consecuencias. Podemos aspirar a un conocimiento aproximado: entre el determinismo y la indeterminación, nuestro conocimiento se construye identificando condiciones bajo las cuales algunos hechos o procesos son más probables que otros. La manera formal de hacerlo es descomponiendo la diversidad en una parte que podemos explicar y otra que está fuera de nuestro alcance, llamamos variabilidad explicada a la primera y variabilidad aleatoria a la otra. La Estadística provee herramientas para trabajar con una forma de hacer investigación: el enfoque cuantitativo, que formula hipótesis sobre las explicaciones de hechos, fenómenos o procesos, observados y analiza cuán plausibles son, a la luz de los hechos. No permite alcanzar explicaciones completas, éstas siempre estarán afectadas por una componente de incertidumbre, propia de los procesos que involucran a seres humanos.

El cuantitativo no es el único enfoque que sirve para construir conocimiento validado y tampoco es incompatible con otras maneras de enfrentar la diversidad que nos rodea. Toda disciplina científica debe superar las creencias de “sentido común”, esta ilusión de conocer, pero especialmente importante es eliminar los prejuicios en el campo de las ciencias que tratan con sujetos humanos, porque es allí donde más abundan y más daño pueden causar. Expresiones como “Esta persona es así porque de chica na lo tenían en cuenta”, “No tiene dotes para la matemática”, “Los sueños anuncian lo que va a pasar”; “Las mujeres tienen más sensibilidad que los hombres”, “El electorado premia o castiga con el voto la gestión de gobierno”, son, en el mejor de los casos, parciales y en el peor, falsas, provienen de creencias, de tradiciones, de voces populares transmitidas de una generación a la siguiente. La Estadística aporta a la investigación y con ella al descubrimiento de relaciones entre hechos, y a fundamentar esos descubrimientos. Lo hace con una mirada aguda y acotada, una mirada, que no aspira a ofrecer un conocimiento sobre alguna totalidad, sino sobre aspectos parciales del mundo que nos rodea. En esa limitación yace su fortaleza para poner en crisis la ilusión de conocer, en particular en Ciencias Sociales, donde lo que observamos nos atañe de manera muy próxima, y no es raro confundir “lo que sucede” con lo que creemos, opinamos o suponemos sobre ello.

La presencia de Estadística en carreras de Ciencias Sociales, Humanas y de la Salud se justifica en primer lugar en que a menudo la investigación empírica usa información proveniente de colectivos, y se dispone de datos que requieren que se los resuma para poder interpretarlos, una vez obtenidas conclusiones acerca de esos casos que han sido observados, suele buscarse generalizar los resultados a otros casos, que no se observaron. Ambas operaciones ―resumir y generalizar―, requieren de la Estadística.

En segundo lugar, en las carreras de grado y posgrado de esas disciplinas hay varias materias que requieren que se conozca estadística básica para comprender los resultados de investigaciones que son material de estudio. Muy a menudo, esos resultados se expresan en lenguaje estadístico y se mencionan técnicas de análisis que deben conocerse para poder hacer críticas.

En tercer lugar, quienes se dediquen al ejercicio profesional aplicarán técnicas de intervención y de análisis en sus distintos campos de especialización, y estas técnicas están basadas en la teoría y en el estado del conocimiento en un momento dado. Así como luego de un tiempo de haber usado una droga puede descubrirse que no produce los efectos deseados, también vale esto para cualquier intervención profesional: una terapia, una estrategia didáctica, una recomendación de política pública, un asesoramiento de campaña política. La idea según la cual el conocimiento científico es revisable, se refiere a que en cualquier momento puede hallarse nueva evidencia que contradiga las convicciones presentes. Por cierto, no se trata de cualquier evidencia, sino de la que proviene de procedimientos cuidadosos de observación, registro, comparación, medición y análisis; en pocas palabras, de la investigación. Lo que sabemos y lo que aprendamos para desempeñarnos como profesionales es el conocimiento de que se dispone en este momento, y que está en continua reelaboración a través de la investigación. Una vez que quienes hoy están estudiando en la universidad terminen sus carreras y trabajen como profesionales, asistirán a cambios en el modo de intervenir, nuevos enfoques terapéuticos, formas de tratar con grupos, estrategias didácticas, modos de análisis de las desigualdades. Eso no se aprenderá en la Facultad, se aprenderá luego, manteniéndose actualizado, leyendo revistas científicas, asistiendo a congresos; en fin enterándose de cómo cambia el conocimiento y se revisan los saberes a partir de los resultados de la investigación. Y la investigación usa la estadística muy a menudo. Si no se puede leer un artículo científico porque no se entiende lo que dicen las cifras, solo se podrá tener una idea superficial del resultado, más grave aún; quien decida que solo leerá la información que no contenga cifras, se quedará con una pequeña parte de todo lo que se publica.

Esa limitación puede ser peligrosa: si no se entiende cómo se obtuvieron determinados resultados, no se los puede cuestionar, dudar de ellos, discutir procedimientos, porque parecerán ajenos.

La Estadística tiene rol importante en la construcción, validación e interpretación de resultados de instrumentos de medición: tests de inteligencia, de desarrollo, escalas de actitudes, de preferencias, de opinión, de valores.

Por último, y aunque no parezca obvio, la Estadística nos sirve en la vida diaria. El ejercicio de nuestros derechos ciudadanos necesita que podamos darnos cuenta de lo que nos dicen las mediciones de audiencia, las consultoras políticas, los laboratorios de medicamentos, los indicadores nutricionales de lo que comemos, las estadísticas oficiales (nivel de desempleo, pobreza, inflación), entre otras fuentes de información. ¿A quiénes consultaron para decidir que un programa de televisión se levanta y otro se sostiene? ¿Cómo se hacen las encuestas que indican quién va a ganar las elecciones? ¿Qué implica que una técnica anticonceptiva sea eficaz en el 99% de los casos? Somos nosotras/os quienes vemos la programación que se ofrece, quienes sufrimos los resultados de una elección de autoridades, quienes consumimos. Mucha de esa información usa estadísticas y hay parte del vocabulario que no es comprensible para todo el mundo pero que, por habernos habituado a escuchar, creemos conocer, ya que las palabras nos suenan familiares: el promedio, un porcentaje, que una diferencia sea significativa. Cada una de esas expresiones tiene un significado preciso; si no lo conocemos no podemos cuestionar las decisiones.

Que no lo conozcamos, que muchos prefieran no conocerlo y que haya quienes operan para que la Matemática -y por extensión la Estadística-, sean de difícil acceso a los estudiantes, no es por azar, es funcional a un modo de producción que requiere que requiere que gran parte de la sociedad sea silenciada con argumentos que usan terminología críptica. Por esto, nuestra aspiración no se limita a transmitir un conjunto de técnicas de análisis de datos, sino a proveer herramientas que ayuden a mirar al mundo desde una posición más informada, y esperamos que eso implique también una posición más crítica y hasta quizás transformadora, que pueda poner en duda certezas establecidas.